En tierra Gallegas

En esta nueva aventura  nuestro punto de destino era la  ciudad de  Ferrol.  Un total de 700 kilómetros  fueron los que recorrimos en esta aventura en busca de historia y misterios que quedan impregnados en estos lugares. 
Nuestro primer sitio a visitar seria el castillo de San Felipe, en la ría de Ferrol.  Parece un castillo, pero en realidad es un fuerte o fortaleza la cual junto con el castillo de la palma que se encuentra a unos 300 metros atravesando la ría, impedían que los barcos entraran en la ría de Ferrol.  Pero quien mejor que nuestro amigo enrique para hablarnos de este fuerte y de su historia.
Aprovechamos parte de la tarde para visitar las baterías que se encontraban cerca del pueblo de O Pierio, situados en el monte nova y Don niño, desde aquí comenzaría la visita hasta llegar de nuevo al pueblo. A lo largo de toda la costa se encuentra situados varios de estas baterías, líneas de cañones antiaéreos, túneles, telemetría……   algunos de estos lugares,  la gente los aprovecha para tirar la basura debido a la profundidad que tienen. Según vamos bajando nos encontramos al borde de la carretera unas pequeñas construcciones y una puerta grande de acceso a un túnel que une con la parte de abajo donde se guardaban los proyectiles para ser cargados en estos cañones ya inexistentes que un día cumplieron con su misión.

Tres horas después de haber recorrido algunas baterías, decidimos poner rumbo a la zona de mugados, allí pasaríamos parte de la noche; antes de oscurecer, pudimos recorrer algunas baterías que se encontraban cerca de las antenas y repetidores de tv.  Nos encontramos con una batería que apuntaba hacia el oeste llamada la piedra del lagarto donde comenzamos con las primeras pesquisas, fotografiar el  entorno y reconocer el terreno para llegada la noche, saber donde poder andar sin peligro.  Una segunda batería se encontraba a unos doscientos metros más arriba con una galería de túneles  que nos serviría para pasar nuestra primera noche.
Llegada la noche, comenzábamos a colocar nuestras cámaras infrarrojas, sensores de movimiento y sensores de temperatura, todo esto monitorizado desde  el campamento base que habíamos instalado en una de las primeras habitaciones. Después de un largo día, el cansancio se hacía notar y sobre las 3 de la madrugada decidimos irnos a dormir.
El lunes 24,  sobre las 10:00 de la mañana, llegábamos al castillo de la palma, el cual estaba cerrado y con vistas a convertirse en un hotel de lujo.  Nuestro siguiente destino a visitar seria de nuevo el monte de novateira, donde nos quedaron algunos  lugares por visitar.  Llegamos a la estación de radar y el faro de prioriño chico, donde dejamos el coche y nos dirigimos a una batería que se encuentra cerca del espigón. Un camino mal trecho nos conduce hasta la gran boca  escavada en la misma roca,  que nos conduce a los puestos de artillería. Aquí logramos captar una parafonia que dice: poner la Sico del puente.  Unas vistas nos cautivan por unos segundo dejando volar la imaginación.

llegada la tarde, toca la hora de reponer fuerzas con una buena comida, gracias a ese camping gas, pudimos desayunar, comer y cenar caliente, ya al frio y a la lluvia que estuvo presente casi los dos días.
Volvimos a pasar por o pieiro, para  localizar el nido de telemetría y desde ahí bajaríamos hasta penas roibas, donde localizábamos otra batería. Desde este lugar, podíamos divisar las baterías en la parte del montefero, lugar donde volveríamos a pasar nuestra última noche.
Esta vez  pasaríamos la noche en la batería que se encuentra cerca de las antenas de tv, una batería con cuatro cañones. Una rampa nos llevaba hasta los polvorines y lugar de la tropa; aquí comenzamos con nuestra última investigación a nivel de fotografías, cámaras y audio.  Dos días en los que pudimos disfrutar del entorno y de estas construcciones militares que por desgracia la maleza y el olvido hacen mella en ellas. Dejamos atrás este lugar donde las historias y las leyendas y las meigas hacen honor a estas tierras gallegas.

         Nuestro agradecimiento al ayuntamiento de Ferrol y al Junta de cultura de Galicia. Y a todos los que nos indicaron, aconsejaron e informaron de la historia de estos lugares.